El inicio del año escolar puede ser un detonante de ansiedad en niños y adolescentes, manifestándose con insomnio, dolor de cabeza o miedo excesivo a equivocarse.
Los especialistas recomiendan a los padres conversar con sus hijos, explicarles los cambios y enseñarles técnicas para gestionar el estrés.
Si la ansiedad afecta la vida diaria del menor, es clave buscar apoyo profesional para brindarle las herramientas necesarias.