No es un perro, pero su lealtad es igual o más. Se trata de una oveja, quien acompaña a los oficiales de Crucitas en San Carlos.
Las únicas ocasiones donde no la dejan “patrullar” es en las noches, ya que podría caerse o sufrir un accidente.
Los oficiales la alimentan y la vacunan, ya que su madre murió cuando tan sólo era una corderita.