Desde pequeños hemos escuchado que la postura corporal dice mucho de nosotros y, en realidad, esto es así, ya que influye también en la respiración y la memoria.
La importancia es tal que, incluso, la amanera en la que nos paramos y sentamos también llega a impactar a nuestro cerebro.
Obviamente, una persona que se encuentra erguida causa una mejor sensación que aquella que mantienen una postura distinta.