Un estudio realizado por el Instituto de Estudios Sociales y de Población de la Universidad Nacional, dirigido por el sociólogo Alberto Rojas, revela que los jóvenes costarricenses tienen más aceptación religiosa que los adultos, y que el número de personas católicas ha disminuido.
La población evangélica ha crecido al 31% y el 4% de las personas no tienen creencias religiosas.
Además, solo el 10% está de acuerdo en utilizar la religión con fines políticos, y provincias como Cartago son tradicionalmente católicas, a diferencia de las provincias costeras como Limón y Punta Arenas.